domingo, 27 de julio de 2008

La Información privilegiada y la gallina

Cuando Juan Andrés Camus, socio de CELFIN señala, respecto a los ocho implicados en el enriquecimiento ilícito en la compra venta de acciones en el caso D y S – Falabella: "Hay fortunas que se han formado en función de información asimétrica y poco transparente"; coloca en el tapete una cuota de duda en las formas, que se han originado algunas riquezas en Chile.
El aún solitario candidato presidencial, Sebastián Piñera, tiene al menos dos episodios de conocimiento público; en que utilizando habilidades éticamente cuestionables; han contribuido generosamente a la fortuna que detenta. Ahí tenemos el caso de las tarjetas VISA en el gobierno militar de Pinochet y el recientemente denunciado por la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), por la compra de acciones de LAN; frente al cual sus asesores políticos sugirieron que pagara la multa, evitando ventilar los recovecos en un juicio público. Varios de los actuales imputados siguen el mismo ejemplo.
Sin embargo, estos hechos que en otros países son considerados delitos y son castigados con la cárcel, en Chile dejan una sensación de impunidad. Lo anterior se basa en que las multas se pagarían solo con una porción de lo habido de modo cuestionable.
El contrapunto; en este Chile aún traspasado por los contrastes de la inequidad; lo constituye las sanciones a las que es sometido el ladrón de una baratija. Para él la aplicación de lo establecido en las leyes vigentes, pueden significar penas que pueden incluir la reclusión y la estigmatización de por vida.
La cuestión, que me interesa instalar en estas líneas, es que ambas acciones: la realizada en la bolsa de valores, codeándose de glamour en camisas de seda, como la que se logra saltando una pared y escapando en sudorosa carrera, son tan repudiables la una como la otra. En ese contexto la sanción legal y social debieran ser idénticas.
Pero, como un reflejo de lo que ocurre en salud, en educación, en acceso a las oportunidades, la justicia a momentos se muestra con dos caras.
Creo que lo realizado por la Superintendencia de Valores y Seguros en los últimos años es una buena señal. Como también lo esta siendo la reforma a la Salud y los esfuerzos iniciales por la Reforma Educacional.
Chile debe seguir realizando esfuerzos por disminuir las brechas de equidad, en todos los ámbitos: social, cultural y económico. Solo así avanzaremos por la senda que nos conduce al grupo de las naciones desarrolladas.

domingo, 6 de julio de 2008

La Educación Pública que necesitamos


¿Qué está pasando en la Educación Chilena, que ha provocado tan apasionado debate, traspasando aulas y hogares a lo largo y ancho del país?
Las cifras duras evidenciadas por el estudio SERCE, que midió los aprendizajes de los estudiantes de América Latina y el Caribe, nos muestra entre los primeros lugares de la región, sin embargo la percepción ciudadana reivindica la falta de calidad y cuestiona el aprendizaje de nuestros alumnos.
La única explicación que brota espontánea, es la evidencia; tal como en otras facetas del quehacer nacional; de las tremendas brechas de equidad, que tienen en entredicho el modelo económico existente en el país. Así, como en la Salud Pública o en el ingreso per capita, el país muestra indicadores muy buenos; al análisis acucioso, escarbando el corazón de Chile, vemos que la distribución de la riqueza se expresa con la misma dureza en la Educación Pública del país.
De este modo, queda claro que la accesibilidad a las oportunidades de estudios superiores y laborales, no son idénticas si se ha egresado de un colegio particular, que de uno municipal. La brecha se torna dramática cuando la educación municipal concentra a los grupos más carentes y más vulnerables.
Comparto mantener la historia republicana del país dando evidencias de respeto y tolerancia, a la convivencia armónica de una educación pública junto a una privada, que mayoritariamente expresa el sentir de muchas religiones, corrientes filosóficas y comunidades avecindadas en el país; sin embargo, no puedo tolerar una educación pública menoscabada, que no garantice un mismo nivel de calidad y oportunidades, como a los grupos más favorecidos del país.
Ahí es donde debe emerger el rol del estado creando las condiciones para hacer desaparecer tan repudiable inequidad. Por eso veo hoy la oportunidad de avanzar en esa dirección.
Precisamente, el candente ambiente que vive el país, con una agónica LOCE, se está a punto de derogar una de las tantas leyes amarre heredadas del Gobierno de Pinochet. Las reglas del juego no permiten el cambio con una mayoría simple; ya difícil de obtener con tanto díscolo dando vueltas en la política; sino que obligan a una votación con fuero calificado. Inevitablemente el escenario obliga a negociar buscando consensos con la oposición al gobierno de Bachelet. Es precisamente en este aspecto donde siento la falta de comprensión de sectores de la concertación y de la izquierda extraparlamentaria, que no comprenden dar como primer paso la eliminación de la LOCE, dando cabida al marco que ofrece la Ley General de Educación.
De ese modo, esto debe entenderse como un primer acto legislativo, que necesariamente debe complementarse con cuerpos legales suplementarios, que permitan garantizar una Educación pública, que reciba los aportes económicos que requiera; que incluya indicadores de gestión que midan el aprendizaje de nuestros alumnos; que tenga la tuición más directa del Ministerio de Educación, no dejándola al arbitrio de los municipios; que permita igualdad de condiciones de acceso a las oportunidades a todos los estudiantes chilenos, independiente de la calidad de la cuna donde se nació.

Un mosaico blanco y negro

Hay días en que la vida luce en blanco y negro, sintiéndonos como caminando sobre un mosaico de baldosas bicolores.
Estos pares opuestos ocultan la riqueza de matices existentes entre la luz total y la ausencia absoluta de ella. Evidencia los extremos entre los que se nos puede mostrar la vida. Lo bueno y lo malo; lo lindo y lo feo, el día y la noche.
El pensamiento humano no esta ajeno ello, incluyendo las conductas de las personas y sus percepciones. Estas últimas se pueden desplazar entre la pasión del corazón y la frialdad de la cabeza. Sin embargo, esta dualidad anatómica en la realidad tiene un trayecto mucho más corto. Solo debe transcurrir el cuerpo calloso, que separa ambos hemisferios cerebrales. El derecho, más sensible, emotivo, responde al estimulo emocional, visceral, habla desde el corazón de los poetas. Es el cerebro femenino. Por el contrario, el hemisferio izquierdo es el analítico, el lógico, el matemático. Es el cerebro masculino. Esto determina, dependiendo que parte del cerebro sea la predominante en las personas, o incluso dentro de una misma persona; hace que dos sujetos al mirar el mismo hecho, puedan ver cosas distintas. Este fenómeno en un mismo individuo, puede ocurrir en momentos distintos.
Parte de la semana pasada, no fuimos pocos a los que la realidad se nos presentó traspasada por pares opuestos, por sentimientos y análisis contrarios.
Fue en aquellos duros días cuando el país fue paralizado como una reaccionaria fractura en la columna, que hizo resurgir desde el inconciente un fluir de emociones y sentimientos, reviviendo recuerdos, vinculando asociaciones de señales, que el brote visceral del cerebro emocional retrotrajo al dolor producido hace casi cuatro décadas, lamentablemente no olvidado. En nuestro querido Puerto de San Antonio se sumaba el protestar de profesores en alianza con alumnos; el paro de los estibadores; junto al malestar de los pescadores artesanales. Un dejo de Deja vu violentaba inclemente las conciencias.
Afortunadamente, casi de inmediato surgió la dura lógica, del cerebro que domina las frías cifras. Desapasionadamente brotaron las razones que evidencian este Chile distinto de aquel, que fue sumido en el caos producto de la intervención irrespetuosa de Estados Unidos; de una derecha política maquiavélica; y de un conglomerado político de gobierno, que no respetó los ritmos solicitados por el estadista mártir.
Esa misma lógica pone en evidencia un país distinto, tolerante, que aún vivencia la lección más dura vivida desde su inicio de historia republicana. Una nación que ha elegido a una mujer presidenta; que con la fuerza de la razón doblegó a las bayonetas; que ha abandonado el segmento tercer mundista de naciones; que ha desplazado a las fuerzas armada a los roles que le reconoce la constitución, capacitándolas en los valores republicanos y de respeto a los derechos humanos; que en la diversidad ha sido capaz de reconstruir una democracia, sin perjuicio que aun es perfectible, ha avanzado innegablemente a un estado de derecho.
Ha salido el sol, que muestra que el blanco y negro de los días grises, luce mejor junto al colorido multicolor del arco iris que sigue a la tormenta.