lunes, 20 de octubre de 2008

¿Local o visita?

A solo pocos días de realizarse las próximas elecciones municipales, los ciudadanos se encuentran enfrentados a una serie de situaciones, que deben resolver, de modo de tomar la decisión correcta frente a la urna.
En comunas como las del Litoral de los Poetas; desde Algarrobo por el norte, hasta Santo Domingo por el sur; no es infrecuente el candidato que desea ser representante de la comuna, que lo acoge como veraneante un par de días al año. Probablemente su motivación es mantener el encanto seductor del balneario que lo enamoró en algún momento trascendente de su vida. También, existen aquellos que los atrae a la zona la presencia de algún familiar, que los retrotrae a la infancia, que lo vio crecer. No sería raro también, quien sienta que los ropajes, que le ha puesto la gran metrópoli son argumentos suficientes para que el provinciano embelezado se rinda a sus pies.
Se ha argumentado la falta de importancia que tendría el origen del candidato, resultando irrelevante que no viva en la zona. Así se ha recalcado que el rol de un Concejal es fiscalizar, labor que se puede desarrollar a distancia, concurriendo a sentarse cada 15 días al sillón edilicio. Otros han argumentado, que en el caso de los parlamentarios, ellos legislan para el país, siendo desde ese punto de vista irrelevante que se viva o se conozca la zona que represente.
Pero, ¿el ciudadano espera que el Concejal solo fiscalice la función del Alcalde o que el parlamentario solo legisle nuevas leyes para el estado?
La respuesta es un categórico no.
Las personas buscan en sus representantes mucho más que el mero cumplimiento de aquello que detalla la ley al pie de la letra. En las autoridades elegidas democráticamente se busca un embajador del sentir de la zona que representa; un conocedor de sus vivencias y de su intimidad; alguien que conozca los rincones del terruño y de sus corazones; alguien que haya entregado los mejores años de su vida a la tierra que lo vio nacer o que lo adoptó y acogió como un hijo; alguien a quien se puede golpear la puerta las 24 horas del día.
Estos requisitos se justifican porque las personas buscamos en nuestros representantes, por sobre todo, al facilitador de la gestión; al mediador en la superación del conflicto; a quien me apoye cuando enfrento al poderoso; a quien abra las puertas difíciles de sobrepasar para un ciudadano normal; quien represente las esperanzas, los sueños y los anhelos del humilde ante el rostro adusto de la autoridad.
En ese contexto, no es irrelevante si el candidato es local o visita. Pues a él se le entregará el poder para que nos represente en decisiones trascendente para la vida de todos. ¿Quién mejor que aquel que conozco, me conoce, que ha sufrido los mismos dolores, alegrías y embates de quienes habitan un mismo lugar?
Gana local, porque todos los días él ve salir el sol y emerger la luna desde el mismo rincón de la tierra que lo hace mi familia, lo hacen mis amigos y hago yo.