jueves, 16 de junio de 2011

Por un Matrimonio Igualitario. Por Pablo Simonetti

16 DE JUNIO DE 2011

La presentación de Pablo Simonetti ante la Comisión de Constitución del Senado por el AVC

Por un matrimonio igualitario

Este miércoles el escritor se presentó ante la Comisión de Constitución del Senado que analiza el proyecto de Acuerdo de Vida en Común. Lejos de los tecnicismos legales, Simonetti sostiene que una democracia sana es aquella capaz de brindarle un trato igualitario a todos los ciudadanos, especialmente a las minorías con escasa o ninguna representación política. “En otras palabras, la igualdad de derechos es un bien superior de la convivencia democrática”, señaló.

En distintas ocasiones, les he escuchado decir a cada uno de ustedes que el matrimonio es por esencia entre un hombre y una mujer y que por tal razón no están dispuestos a tratar una ley de matrimonio igualitario.

Yo quisiera preguntarles por qué.

Para agilizar mi presentación me haré cargo de las principales razones que se han esgrimido en el debate público para negarle el acceso al matrimonio a las parejas del mismo sexo, partiendo por sus propios dichos. Tras la afirmación de que el matrimonio es necesariamente entre un hombre y una mujer puede que hallan dos motivos. El primero, uno que discrimina sin detenerse a pensar.

En este motivo caben las objeciones de orden etimológico, histórico, religioso, todas fácilmente refutables ya que no corresponden a la deliberación que debe primar en la democracia de un estado laico que aspira a respetar su ley fundamental: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Estoy partiendo del supuesto que cada uno de ustedes hace suyo el abrumador consenso científico que afirma que la homosexualidad no es una conducta enferma o desviada y que solamente es una expresión más de la naturaleza humana, la cual lleva a un hombre o a una mujer a desear y eventualmente a amar a uno de su mismo sexo, conservando el instinto de formar pareja y hogar. Pasemos entonces al segundo motivo: la convicción de que hay razones fundadas para discriminar legalmente entre una pareja heterosexual y una homosexual.

Es decir, que ésta última debe tener un estatuto con menos derechos que los consagrados por el matrimonio. ¿Cuál puede ser esa razón? La primera y principal que surge en el debate es que la pareja heterosexual está destinada a tener hijos y que una de las “esencias” del matrimonio es la procreación. Es sencillo demostrar que, bajo este supuesto, se estaría incurriendo en una discriminación arbitraria: matrimonio y procreación no van juntos. En Chile, el 66% de los niños nace fuera del matrimonio, es decir, para procrear, la especie no requiere de una institución civil: simplemente se reproduce. En el otro sentido de esta relación biunívoca que se ha intentado establecer entre matrimonio y procreación, podemos decir que la ley civil no estipula ningún impedimento para que las parejas heterosexuales infértiles puedan casarse, incluyendo a las mujeres que han dejado de ovular.

En otras palabras, el matrimonio ha sido una institución solidaria con los heterosexuales impedidos de procrear, pero olvida su sentido solidario cuando se trata de homosexuales.

Se concluye entonces que el acto de procrear no es una condición ni necesaria ni suficiente para el matrimonio y, por lo tanto, no se puede esgrimir como razón para coartar los derechos de las parejas homosexuales. Diferente es el cuidado de los hijos, del que la institución matrimonial sí tiene que hacerse cargo. Pero antes de tocar este punto, quiero despejar otras objeciones que han salido a la palestra:

Si aprobamos el matrimonio igualitario, mañana nos veremos obligados a aprobar el matrimonio múltiple o la zoofilia.

Dejaré la zoofilia de lado, por la trivialidad de su refutación.

¿Y el matrimonio múltiple o poliamoroso? Es un argumento que pertenece a la categoría del resbalín, un típico ardid conservador que en inglés se conoce como “slippery slope”. Para desarticularlo hay que dejar en claro que las relaciones poliamorosas limitan tanto con el matrimonio heterosexual como con el igualitario. De hecho, las relaciones poligámicas heterosexuales están protegidas por ley en algunos países, lo cual, si nos dejamos llevar por el temor a lo que sobrevendrá, implicaría que deberíamos abolir el matrimonio heterosexual por el inminente peligro que reviste. A esto se suma que no hay una parte significativa de nuestra comunidad que viva en relaciones poliamorosas y que esté en busca del reconocimiento social y legislativo. Por último, el poliamor no tiene que ver con la identidad de las personas, como es el caso de la homosexualidad.

No hay jóvenes que sufran porque cuando grandes no van a poder casarse en grupo.

Otro argumento que se ha utilizado de manera recurrente en contra del matrimonio igualitario es que amenaza a la familia. Y yo me he preguntado de qué manera puede revistir un peligro. Hasta ahora nadie me ha dado una respuesta satisfactoria. Soy de la opinión más bien contraria, si el matrimonio se abre a parejas homosexuales se robustece a la familia como núcleo fundamental de nuestra sociedad. Al entrar bajo el alero del Estado, estas otras familias pueden llevar su vida adelante con mayor compromiso, seguridad, deberes y beneficios. Y al ser testigo el Estado de la consolidación del amor de una pareja gay, también se abre por delante un camino de reconocimiento social, pertenencia e igualdad de trato.

Despejadas las objeciones, quiero dar los argumentos que a mi juicio obligan a nuestra sociedad a consagrar en sus leyes el matrimonio igualitario.

Como ya lo decía, el primero de todos es la inclusión de estas otras familias al entramado social.

“Los que dicen que los niños tienen derecho a un padre y una madre no piensan en que la mitad de los niños abandonados de Chile no consiguen ser puestos bajo la custodia de matrimonios heterosexuales bien avenidos, en los que impere la armonía y el bienestar que les procure un ambiente sano y estimulante para su desarrollo”.

La segunda, el reconocimiento y la legitimidad que le brindaría a las relaciones de amor homosexual, aplastando de paso una oscura historia de discriminación y ostracismo. Aquí estoy pensando sobre todo en los más pobres, aquellos que ven agudizada su precariedad a causa de la homofobia. La fragilidad de su acceso al trabajo se multiplica, los escasos bienes que les pueden ofrecer sus mundos de pertenencia –el campo, un oficio, una pequeña red de contactos– desaparecen cuando se trata de una persona gay.

Es cosa de ver la migración obligada de la mayoría, del campo a la ciudad, porque no pueden seguir viviendo de la tierra que les daba de comer, rechazados como son por sus familias, vecinos y potenciales empleadores.

La tercera virtud es de orden público, una democracia sana es aquella capaz de brindarle un trato igualitario a todos los ciudadanos, especialmente a las minorías con escasa o ninguna representación política. En otras palabras, la igualdad de derechos es un bien superior de la convivencia democrática. Bien lo sabrían quienes se opusieron a la igualación de derechos de los esclavos, de los trabajadores, de la mujer, de las minorías raciales, de las minorías religiosas. La historia ha sido implacable con ellos y en cambio ha ensalzado a quienes lucharon por la igualdad.

Por último, el matrimonio es una institución complejísima en su entramado de derechos, pero muy sencilla de entender. Cualquiera sabe lo que significa casarse y no es necesario recurrir ni un abogado ni un notario, ni menos pagar sus costas, para acceder a él.

Y aquí llego a la última parte de mi exposición: el cuidado de los hijos. El matrimonio debiera interpretar la voluntad actual e indisoluble de dos personas de vivir juntos, de darse auxilio mutuo y de asegurar el cuidado de los hijos.

Y quiero hacer hincapié en que cuidar un hijo no es lo mismo que procrear. Basta ver la enorme cantidad de niños que son abandonados por sus padres biológicos o que cuentan con uno solo de ellos.

La principal de las objeciones que he recibido ante la posibilidad de que una pareja gay adopte a un niño o una niña es que, antes que nada, ese infante tiene el derecho a tener un padre y una madre. La réplica es simple y cruel: al ser abandonados, esas criaturas no pueden contar con el cuidado ni de su padre ni de su madre biológicos. Ahora bien, si tal fuera la voluntad de nuestra legislación, no debería permitir tampoco, como lo permite hoy, que una persona soltera adopte. Así vemos cómo el argumento de que es necesario que el niño tenga un padre y una madre nace solamente cuando se presenta la posibilidad de que sus cuidadores sean una pareja gay. ¿No radica aquí la esencia del prejuicio? ¿Hay acto de amor más noble que el querer adoptar a un niño, sea de parte de heterosexuales o de homosexuales?

En segundo término, se puede demostrar que quienes dicen que están cautelando el derecho de los niños están pensando en sus prejuicios. Por ejemplo, una madre tiene un hijo natural o por inseminación artificial y conforma un hogar con otra mujer. Si esa madre muere, el hijo no solo pierde a su madre biológica sino que también a su madre putativa. Si de los derechos del hijo se trata, la regulación debería asegurar que pudiera seguir al cuidado de su segunda madre.

Por otra parte, los que dicen que los niños tienen derecho a un padre y una madre no piensan en que la mitad de los niños abandonados de Chile no consiguen ser puestos bajo la custodia de matrimonios heterosexuales bien avenidos, en los que impere la armonía y el bienestar que les procure un ambiente sano y estimulante para su desarrollo.

Así es como, quienes dicen que ese niño tiene el derecho a tener un padre y una madre niegan la realidad y prefieren que siga en el orfelinato antes que sea adoptado por una pareja gay armoniosa. ¿No es esto puro y simple prejuicio? ¿Hay mayor privación de derechos para un niño que permanecer en la orfandad? Lo que un infante necesita es amor, cuidado, educación y oportunidades. Las agencias de adopción son perfectamente capaces de discernir quiénes pueden brindarle estos bienes de mejor forma. ¿Quizás estos niños van a tener problemas psicológicos por tener dos padres o dos madres? Es posible, pero no más que los que tendrán al seguir huérfanos, no peores que los de un niño que crece en un hogar monoparental, no peores que los de aquel que crece en una familia disfuncional. Puede que tengan problemas de otra índole, pero no más graves que los de cualquiera.

Hay objeciones de menor importancia, como que las parejas gays son menos estables. De ser así, ¿no es deber del Estado procurar los medios para una mayor estabilidad, dándoles a estas parejas un marco regulatorio tan firme y tan amplio en derechos como se lo confiere a las parejas heterosexuales mediante el matrimonio?

He oído decir también que los niños sufrirán un condicionamiento de su sexualidad. Para rebatirlo, basta ver mi caso. Yo fui criado por una pareja de padres heterosexuales e inadvertidamente homofóbicos, en medio de una sociedad por completo heteronormativa, y a pesar de todo soy homosexual. ¿Creen ustedes que un par de padres o de madres que han padecido tamaño sufrimiento van siquiera a hacer el intento de manipular la sexualidad de sus hijos?

Porque el único afán de condicionamiento sexual que yo he conocido hasta ahora es la rampante homofobia que aun impera en nuestra sociedad y que no ha tenido otro resultado que la infelicidad de muchos.

El último de los argumentos es el más insidioso de todos: La posibilidad de que esos niños sean discriminados en su entorno social. Estoy seguro de que sus padres buscarán los entornos sociales más propicios para su hijo, pero insisto una vez más: ¿existe mayor discriminación para un niño que permanecer en la orfandad? Y si no hacemos nada hoy, ¿podremos vivir tranquilos sabiendo que son mucho muchos más los niños que hoy enfrentan la crueldad de su medio debido a su orientación sexual? La discriminación se combate con igualdad de derechos, no permitiendo que el temor la consagre.

En fin, los homosexuales apostamos a la plena integración al resto de la sociedad, a ser parte de su trama familiar, a ser parte de su carácter plural y diverso. Porque somos iguales en el amor, los homosexuales de nuestro país aspiramos a ser iguales en dignidad y derechos.

¿Por qué no ser ustedes, senadores de la república, quienes lleven adelante esta impostergable tarea de reivindicación social? ¿Por qué no ser ustedes los que pasen a la historia como defensores de la igualdad? ¿Por qué no ser ustedes los primeros en abrir sin miedo el corazón a la diferencia? No tengan la menor duda de que el futuro les dará la razón. La solidez de los argumentos de hoy así lo asegura.

lunes, 9 de mayo de 2011




CARTA ABIERTA AL SEÑOR

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

DON SEBASTIÁN PIÑERA

Señor Presidente:

Con el respeto que me merece su persona y su investidura, me permito en mi calidad de ciudadano libre de compromisos políticos, empresariales e institucionales, plantearle algunas preguntas y un comentario en relación al megaproyecto Hidroaysén, próximo a ser votado en cuanto a su factibilidad.

Preguntas:

¿Está usted dispuesto a cargar en su consciencia el que bajo su presidencia se haya aprobado el más brutal Megaproyecto de la historia de Chile, en cuanto a sus devastadores impactos ambientales, sociales y culturales?

¿Imagina usted el infierno de impacto social y cultural que significará para los asentamientos humanos de la región vivir diez o doce años rodeados de megamaquinarias y de miles de trabajadores no locales destruyendo y devastando su entorno, su cotidianeidad, sus costumbres y su tranquilidad familiar? ¿Está usted dispuesto a cargar eso en su consciencia?

¿Piensa usted que una línea de transmisión de 2.300 kilómetros con torres de 70 metros de altura (equivalentes a edificios de 20 a 25 pisos) cada 400 metros, que, según análisis preliminares basados en peticiones mineras realizadas por y para los interesados, fragmentaría 6 parques nacionales, 11 reservas nacionales, 26 sitios prioritarios de conservación, 16 humedales y 32 áreas protegidas privadas, es algo liviano como para cargas en su conciencia?

¿Ha pensado usted que una franja de 2.300 kilómetros de largo por 100 metros de ancho para instalar las torres, significan 23.000 hectáreas de total deforestación? Cuatro veces más que las presuntas hectáreas que serán inundadas por las represas ¿En adición a lo anterior, ha reflexionado usted sobre la descomunal destrucción de naturaleza que significará trasladar, desde unos pocos puertos, 5.750 torres de esa magnitud a su lugar de emplazamiento? ¿Vale la pena eso en la consciencia?

De concretarse la construcción de dicha línea, Chile podrá sentirse “orgulloso” de haber generado la cicatriz más grande del planeta. ¿Cabría tal “orgullo” en su conciencia?

Es un hecho que, a pesar de la desinformación, la publicidad maliciosa, las presiones y las tácticas de seducción locales a través de regalitos realizadas por la empresa, una clara mayoría ciudadana se manifiesta contraria al proyecto. ¿Siendo nuestro país una presunta democracia, cabe en su conciencia que esa ciudadanía que hizo posible que usted fuera Presidente, no sea respetada?

Muchos sabemos, y desde luego usted también sabe, los múltiples vicios que se han cometido en el Estudio de Impacto Ambiental. No sólo el haber despreciado e ignorado totalmente la participación y las observaciones ciudadanas que la ley garantiza. Ha habido mentiras, descalificaciones y adulteraciones de todo tipo, que resultan inaceptables para una ciudadanía responsable y preocupada por un futuro digno para el país. El resultado final, de aprobarse el proyecto, sería el de constatar una vez más, que vivimos en un país que practica toda clase de rituales democráticos falsificados y enmascarados, de tal manera que el poder y el dinero acaben siempre siendo los vencedores. ¿Estría usted dispuesto a corroborar esta verdad con su conciencia?

El hecho de que la construcción de las represas se presente como un proyecto distinto y separado del de la línea de transmisión es no sólo una bofetada al sentido común, sino una grave ofensa a la inteligencia ciudadana. La más elemental honestidad y transparencia institucionales (de que tanto se habla como propósito del gobierno) obligaría a evaluar lo que realmente corresponde; es decir un solo proyecto que incluye represas y línea de transmisión. El hecho que no se haga como corresponde es obvio. El rechazo del proyecto sería casi seguro. ¿Está usted dispuesto a legitimar este tipo de truco en su consciencia?

Comentario.

Permítame aclararle, señor Presidente, que no soy un “terrorista ambientalista” ni un fundamentalista fanático. Tengo un prestigio internacional bien ganado y consolidado como intelectual que ha trabajado en el diseño de alternativas económicas y de desarrollo que eviten los desastres locales y globales que estamos experimentado tan duramente en las últimas décadas. Para mi, respeto a todas las formas de vida, amor a la Naturaleza, belleza, felicidad, dignidad, bienestar y calidad de vida, son componentes que no pueden ni deben estar marginados del concepto de desarrollo. Es más, sostengo con toda mi fuerza que ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar sobre la reverencia por vida; de todas las manifestaciones de la vida. ¿Cuántos de estos principios respeta el monstruo de Hidroaysén?

Usted ha manifestado en múltiples oportunidades que Chile está próximo a ser un país desarrollado. ¿Cómo entiende usted el desarrollo? ¿Se trata de alcanzar un determinado PIB per capita? En mi opinión se trata de cumplir con las condiciones que acabo de enumerar. Y para cumplirlas nos falta mucho, muchísimo señor Presidente. Desde luego que favorecer proyectos como Hidroaysén, que prioritariamente contribuyen al enriquecimiento de corporaciones trasnacionales que no le deben ninguna lealtad a Chile, nos aleja aún más del verdadero desarrollo que necesitamos.

Aún cuando no existe entre usted y yo una amistad profunda, hemos mantenido cordiales relaciones personales desde hace muchos años. He apreciado su inteligencia y sus capacidades. Del mismo modo me fui formando la impresión de que usted era uno de los pocos políticos sensibles al medioambiente y amante de la naturaleza. A pesar de que no voté por usted, me sentí contento de que tendríamos un Presidente capaz de concebir un desarrollo armónico entre economía y Naturaleza. Me apenaría mucho, no sólo por mí, sino por usted, el poder haberme equivocado.

Hago votos, señor Presidente porque inicie usted un diálogo profundo con su conciencia. Quienes realmente amamos la notable belleza de nuestro país sinceramente lo esperamos.

Saluda a usted cordial y respetuosamente,

Prof. Dr. h. c. Manfred Max-Neef

Ex Rector

Director Instituto de Economía

Universidad Austral de Chile

lunes, 25 de abril de 2011

Homenaje a Gonzalo Rojas

Qué se ama cuando se ama



¿Qué se ama cuando se ama?



¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.




GONZALO ROJAS



Poema en audio: Qué se ama cuando se ama de Gonzalo Rojas por Gonzalo Rojas

miércoles, 6 de abril de 2011

Un simplismo Conceptual. Opinión sobre la Educación en Chile.

Un Simplismo Conceptual

Columna aparecida en el Diario “Estrategia”, escrita por el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile Luis Riveros Cornejo

Un Simplismo Conceptual

Escuché casualmente un comentario que un ciudadano formulaba a otro: "¿Para qué enseñar Historia de Grecia o Roma si eso no tiene ninguna utilidad para la juventud?" Es una visión simplista y obtusa extendida en muchos que restringen la educación a una simple instrucción donde solamente se enseñan cosas de "utilidad directa", Aumentar las horas de matemáticas y lenguaje a costa de las ciencias sociales y la historia no es sólo desvestir un santo para vestir a otro: también envuelve una concepción sobre la escasa utilidad directa que prestaría enseñar aquellos ramos. Por eso ya casi no se enseña filosofía y la educación cívica desapareció de los colegios; ni qué decir de los cursos de moral y ética. En esa misma línea, ahora le toca a la historia y a las ciencias sociales, como si formar ciudadanos y seres humanos integrales, que entiendan la sociedad en que se mueven, sea una cuestión totalmente prescindible.

Lo señaló el Nóbel de Economía J. Heckman (de la Universidad de Chicago): en Estados Unidos fue un error hacer algo similar, porque los niños necesitan también crear un marco de referencia para contextualizar lo que aprenden “de uso directo”.

Hay mucho espacio para revisar el uso del tiempo escolar, como también los llamados "contenidos mínimos- de todas las asignaturas. Es, además, necesario revisar integralmente las currícu1a de estudio para modernizarlos, hacerlos más compatibles con los retos actuales y lograr una mayor interactividad entre las diversas disciplinas. Todo menos una solución simplista y parcial. Enmarcada en un conjunto de iniciativas legales y administrativas que se ha dado en llamar "Reforma Educacional". Una verdadera reforma debe partir del diagnóstico global, atacar los problemas más cruciales y establecer metas específicas, además de ratificar la idea de que educación es, por encima de todo, formar personas con un sentido de humanismo y ciudadanía. Nuestra Patria ha esperado tanto un cambio de fondo que ponga a nuestra educación a la altura de los tiempos: no es posible desperdiciar una nueva oportunidad.

martes, 5 de abril de 2011

El Bullying de Golborne

COLUMNAS

5 de Abril de 2011

El bullying de Golborne

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LUCIO CUENCA
Director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA).

El martes 29 de marzo el biministro Golborne denunció con gran inquietud que los hijos del Seremi de Salud de Atacama, Nicolás Baeza, habrían sufrido bullying en su colegio luego de que su padre cambiara la calificación ambiental de la Termoeléctrica Castilla, haciendo posible su aprobación ambiental. Estas expresiones las vertió ante empresarios y ejecutivos en un seminario organizado por el Diario Financiero.

Los diarios La Segunda y La Tercera de Santiago dieron gran cobertura a las declaraciones de la autoridad. Incluso un diario regional lo sacó en titular principal de portada, sin embargo para quienes acompañamos a las comunidades que defienden la vida en Atacama, nos parecía muy extraño el caso porque conocemos la calidad humana de quienes llevan años luchando contra la instalación de una nueva termoeléctrica en la región.

Entiéndase bien, un biministro compromete mediáticamente a niños, atribuye conductas violentas a grupos sociales que no están de acuerdo con el modelo de país que a él le conviene, manipula las declaraciones que en forma privada le realiza otra autoridad, es desmentido a nivel local, y sin embargo, el biministro no presenta sus disculpas.

Sorprendentemente, el día posterior a la denuncia de Golborne, cuando fuimos a interponer un recurso de protección ligado a este mismo tema a Copiapó, nos encontramos con que los portales de internet de los diarios locales daban a conocer un desmentido del Seremi, indicando que “fue una mala interpretación del ministro de una conversación privada” sobre lo que Baeza sintió cuando asumió esta cartera. Y agrega la autoridad regional que, para tranquilidad de la comunidad escolar de sus hijos, aquí “se mezclaron peras con manzanas. Mis hijos tienen una muy buena relación con sus compañeros”.

Sin embargo, nada de esto salió en los diarios de circulación nacional. Es decir, un ministro que sale en descarada defensa de un proyecto técnica y ambientalmente cuestionable, que se encuentra con recursos pendientes en tribunales, aprovecha unas declaraciones privadas que comprometen a niños, para dar a entender a la ciudadanía que quienes se oponen al proyecto termoeléctrico Castilla proceden con violencia desde pequeñitos.

Recojo las declaraciones de Golborne “creo que estamos equivocados como sociedad”. No se puede tener autoridades como Golborne y medios de comunicación como los citados y permanecer tranquilos. Entiéndase bien, un biministro compromete mediáticamente a niños, atribuye conductas violentas a grupos sociales que no están de acuerdo con el modelo de país que a él le conviene, manipula las declaraciones que en forma privada le realiza otra autoridad, es desmentido a nivel local, y sin embargo, el biministro no presenta sus disculpas y los medios de comunicación no desmienten la información que con tanto ahínco entregaron.

Dejar en manos de personas con esa calidad moral los ministerios de energía y minería en un país minero como el nuestro es realmente preocupante. Si bien creo que fue un error de proporciones, por parte de un ginecólogo como Baeza el haber cambiado la calificación ambiental de “contaminante” a “molesta” para aprobar un proyecto tan complejo como la Central Termoeléctrica Castilla apenas transcurrido dos meses de haber asumido su cargo, ni siquiera escuchando a las comunidades ni a los técnicos de su propia Secretaría Ministerial de Salud, me parece digno de su parte aclarar públicamente la situación para bien de su familia, aunque esto pueda restar puntos al ministro más popular de Piñera.

sábado, 26 de marzo de 2011


EL CREDO DE UN HUMANISTA
Fragmentos del libro "El humanismo como utopía real", de Erich Fromm.

1.- Creo que la unidad del hombre, a diferencia de otros seres vivientes, se debe a que el hombre es la vida consciente de sí misma. El hombre es consciente de sí mismo, de su futuro, que es la muerte ; de su pequeñez, de su impotencia. Es consciente del otro en cuanto otro. El hombre está en la naturaleza, y sometido a sus leyes, aunque la trascienda con el pensamiento.

2.- Creo que el hombre es consecuencia de la evolución natural : que ha nacido del conflicto de estar preso y separado de la naturaleza y de la necesidad de hallar unidad y armonía con ella.

3.-Creo que la naturaleza del hombre es una incoherencia, debida a las condiciones de la existencia humana, que exige buscarle soluciones, las cuales a su vez crean nuevas incoherencias y la necesidad de nuevas soluciones.

4.- Creo que toda solución a estas incoherencias puede cumplir realmente la condición de ayudar al hombre a superar el sentimiento de separación y a lograr un sentimiento de concordancia, comunidad y participación.

5.- Creo que, en toda solución a estas incoherencias, el hombre sólo tiene la posibilidad de escoger entre avanzar o retroceder. Estas opciones, que se manifiestan en actos precisos, son medios para rebajar o para desarrollar la humanidad que tenemos dentro.

6.-Creo que la alternativa fundamental para el hombre es la elección entre vida" y "muerte", entre creatividad y violencia destructiva, entre la realidad y el engaño, entre la objetividad y la intolerancia, entre fraternidad con independencia y dominio con sometimiento.

7.- Creo que podemos atribuir a la "vida" el significado de continuo nacimiento y constante desarrollo.

8.-Creo que podemos atribuir a la "muerte" el significado de suspensión del desarrollo y continua repetición.

9.- Creo que, con la solución regresiva, el hombre trata de encontrar la unidad librándose del insoportable miedo a la soledad y a la incertidumbre, desfigurando lo que lo hace humano y lo atormenta. La orientación regresiva se desarrolla en tres manifestaciones, juntas o separadas : La necrofilia, el narcisismo y la simbiosis incestuosa.Por necrofilia entiendo el gusto por todo lo que es violencia y destrucción: el deseo de matar, la adoración de la fuerza, la atracción por la muerte, el suicidio y el sadismo y el deseo de transformar lo orgánico en inorgánico sometiéndolo al "orden". El necrófilo, por carecer de las cualidades necesarias para crear, en su impotencia encuentra más fácil destruir, porque para él sólo una cualidad tienen valor : la fuerza. Por narcisismo entiendo la falta de un interés autentico por el mundo exterior y un intenso apego a uno mismo, al grupo, clan, religión, nación, raza, etc., con graves distorsiones del juicio racional. En general, la necesidad de satisfacción narcisista deriva de la necesidad de compensar una pobreza material y cultural. Por simbiosis incestuosa entiendo la tendencia a seguir ligado a la madre y a sus equivalentes : la estirpe, la familia o la tribu ; a descargarse el insoportable peso de la responsabilidad, la libertad y la conciencia, para ser protegido y amado en un estado de seguridad con dependencia, que paga el individuo con el cese de su propio desarrollo humano.

10.-Creo que , escogiendo avanzar, el hombre puede encontrar una nueva unidad mediante el pleno desarrollo de todas sus energías humanas, que se muestran en tres orientaciones, juntas o separadas : la biofilia, el amor a la humanidad y a la naturaleza y la independencia y libertad.

11.- Creo que el amor es la llave principal para abrir las puertas al crecimiento" del hombre. El amor y la unión a alguien o algo fuera de uno mismo permite trabar relaciones con otros, sentirse uno con otros, sin reducir el sentido de integridad e independencia. El amor es una orientación positiva, para la cual es esencial que se hallen presentes al mismo tiempo la solicitud, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento del objeto de unión.

12.- Creo que la experiencia del amor es el acto más humano y humanizador que es dado gozar al hombre y, como la razón, carece de sentido si se entiende de manera parcial.

13.-Creo en la necesidad de "liberación" de los lazos, externos o internos, como condición para poder tener la "libertad" de crear, obrar, querer, saber, etc., para poder llegar a ser un individuo libre, activo y responsable.

14.- Creo que libertad es la capacidad de obedecer la voz de la razón y del conocimiento, en contra de las voces de las pasiones irracionales. Es la emancipación que libera al hombre y lo pone en el camino de emplear sus facultades racionales y de comprender objetivamente el mundo y el papel que en éste representa.

15.- Creo que la "lucha por la libertad" tiene, en general, el sentido excluido de lucha contra la autoridad impuesta sobre la voluntad individual. Hoy "lucha por la libertad" debe significar liberarnos, individual y colectivamente, de la "autoridad" a la que nos hemos sometido voluntariamente" : liberarnos de las fuerzas interiores que exigen este sometimiento porque somos incapaces de soportar la libertad.

16.- Creo que la "libertad de elección" no siempre es igual para todos los hombres en todo momento. El hombre de orientación exclusivamente necrofílica narcisista o simbiótico incestuosa, puede tomar sólo una opción regresiva. El hombre libre, liberado de lazos irracionales, no puede tomar ya una opción regresiva.

17.- Creo que el problema de la libertad de elección existe sólo para el hombre de orientaciones contrapuestas, y que esta elección siempre está estrechamente condicionada por deseos inconscientes y por justificaciones tranquilizadoras.

18.- Creo que nadie puede "salvar" a su prójimo decidiendo por él. Únicamente podrá ayudarlo señalándole alternativas posibles, con toda sinceridad y amor, sin sensiblería ni engaño alguno. La conciencia intelectiva de las alternativas liberadoras puede reavivar en un individuo sus energías ocultas y ponerlo en el camino en el que escoja la "vida", en lugar de la "muerte".

19.- Creo que la igualdad se siente cuando, al descubrirse uno mismo por completo, se reconoce igual a otros y se identifica con ellos. Todo individuo lleva la humanidad en su interior. La "condición humana" es única e igual en todos los hombres, a pesar de las inevitables diferencias de inteligencia, talento, estatura, color, etc.

20.- Creo que la igualdad entre los hombres se debe recordar especialmente para evitar que uno se convierta en instrumento de otro.

21.- Creo que la fraternidad es el amor dirigido a nuestros semejantes. No obstante, se quedará en palabra hueca mientras no se hayan eliminado todos los lazos "incestuosos" que impiden juzgar objetivamente al "hermano".

22.- Creo que el individuo no puede entablar estrecha relación con su humanidad en tanto no se disponga a trascender su sociedad y a reconocer de qué modo ésta fomenta o estorba sus potenciales humanas. Si le resultan naturales" las prohibiciones, las restricciones y la adulteración de los valores, es señal de que no tiene un conocimiento verdadero de la naturaleza humana.

23.- Creo que la sociedad ha chocado siempre con la humanidad, aun teniendo una función a la vez estimulante e inhibitoria. La sociedad no dejará de paralizar al hombre y promover la dominación hasta que su fin se identifique con el de la humanidad.

24.- Creo que podemos y debemos esperar una sociedad cuerda que fomente la capacidad del hombre de amar a sus semejantes, de trabajar y crear, de desarrollar su razón y un sentido real de sí mismo basado en la experiencia de su energía positiva.

25.- Creo que podemos y debemos esperar la recuperación colectiva de una salud mental caracterizada por la capacidad de amar y crear, por la liberación de los lazos incestuosos con el clan y la tierra, por un sentido de identidad basado en la experiencia que tienen de sí mismo el individuo como sujeto y agente de sus facultades y por la capacidad de influir en la realidad exterior e interior a uno mismo, logrando el desarrollo de la objetividad y de la razón.

26.- Creo que, mientras parece que este mundo nuestro enloquece y se deshumaniza, cada vez más individuos sentirán la necesidad de asociarse y colaborar con quienes compartan sus preocupaciones.

27.- Creo que estos hombres de buena voluntad, no sólo deben hacerse una interpretación humana del mundo, sino que también deben señalar el camino y trabajar por su posible transformación : la interpretación sin voluntad de reforma es inútil ; la reforma sin previa interpretación es ciega.

28.- Creo posible la realización de un mundo en que el hombre "sea" mucho aunque "tenga" poco ; un mundo en que el móvil dominante de la existencia no sea el consumo ; un mundo en que el "hombre" sea el fin primero y último ; un mundo en que el hombre pueda encontrar la manera de dar un fin a su ida y la fortaleza de vivir libre y desengañado.