domingo, 6 de julio de 2008

Un mosaico blanco y negro

Hay días en que la vida luce en blanco y negro, sintiéndonos como caminando sobre un mosaico de baldosas bicolores.
Estos pares opuestos ocultan la riqueza de matices existentes entre la luz total y la ausencia absoluta de ella. Evidencia los extremos entre los que se nos puede mostrar la vida. Lo bueno y lo malo; lo lindo y lo feo, el día y la noche.
El pensamiento humano no esta ajeno ello, incluyendo las conductas de las personas y sus percepciones. Estas últimas se pueden desplazar entre la pasión del corazón y la frialdad de la cabeza. Sin embargo, esta dualidad anatómica en la realidad tiene un trayecto mucho más corto. Solo debe transcurrir el cuerpo calloso, que separa ambos hemisferios cerebrales. El derecho, más sensible, emotivo, responde al estimulo emocional, visceral, habla desde el corazón de los poetas. Es el cerebro femenino. Por el contrario, el hemisferio izquierdo es el analítico, el lógico, el matemático. Es el cerebro masculino. Esto determina, dependiendo que parte del cerebro sea la predominante en las personas, o incluso dentro de una misma persona; hace que dos sujetos al mirar el mismo hecho, puedan ver cosas distintas. Este fenómeno en un mismo individuo, puede ocurrir en momentos distintos.
Parte de la semana pasada, no fuimos pocos a los que la realidad se nos presentó traspasada por pares opuestos, por sentimientos y análisis contrarios.
Fue en aquellos duros días cuando el país fue paralizado como una reaccionaria fractura en la columna, que hizo resurgir desde el inconciente un fluir de emociones y sentimientos, reviviendo recuerdos, vinculando asociaciones de señales, que el brote visceral del cerebro emocional retrotrajo al dolor producido hace casi cuatro décadas, lamentablemente no olvidado. En nuestro querido Puerto de San Antonio se sumaba el protestar de profesores en alianza con alumnos; el paro de los estibadores; junto al malestar de los pescadores artesanales. Un dejo de Deja vu violentaba inclemente las conciencias.
Afortunadamente, casi de inmediato surgió la dura lógica, del cerebro que domina las frías cifras. Desapasionadamente brotaron las razones que evidencian este Chile distinto de aquel, que fue sumido en el caos producto de la intervención irrespetuosa de Estados Unidos; de una derecha política maquiavélica; y de un conglomerado político de gobierno, que no respetó los ritmos solicitados por el estadista mártir.
Esa misma lógica pone en evidencia un país distinto, tolerante, que aún vivencia la lección más dura vivida desde su inicio de historia republicana. Una nación que ha elegido a una mujer presidenta; que con la fuerza de la razón doblegó a las bayonetas; que ha abandonado el segmento tercer mundista de naciones; que ha desplazado a las fuerzas armada a los roles que le reconoce la constitución, capacitándolas en los valores republicanos y de respeto a los derechos humanos; que en la diversidad ha sido capaz de reconstruir una democracia, sin perjuicio que aun es perfectible, ha avanzado innegablemente a un estado de derecho.
Ha salido el sol, que muestra que el blanco y negro de los días grises, luce mejor junto al colorido multicolor del arco iris que sigue a la tormenta.

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