miércoles, 10 de diciembre de 2008

La sucia Basura


Un sello propio de las naciones que se encuentran en procesos de crecimiento y desarrollo, es el incremento del consumo y la generación de residuos derivados de éste. Según estudios confiables, en el Chile de hoy cada chileno produce en promedio un kilo de basura. De no mediar un cambio cultural, en pocos años estaremos duplicando esa cantidad.
De ahí, que se hace urgente enfrentar el tema buscando soluciones sustentables desde el punto de vista económico, social y ambiental.
En este camino lleno de dificultades, surgen situaciones que hacen más compleja la realidad, destacando dos grandes grupos, que a momentos parecen antagónicos: Las Personas con su actitud que busca respuestas y las Empresas con el interés del dinero, que mueve el negocio de la basura.
En el primer grupo debemos reconocer:
· Que en el Chile de hoy tenemos personas más educadas con conocimiento del impacto que provocan en el medio ambiente las acciones irresponsables, y como pueden impactar en la salud de las personas, la flora, fauna y todo el planeta.
· También tenemos personas con conocimiento de sus derechos y la voluntad de exigirlos.
En el segundo grupo, sin perjuicio que hay empresas que evidencian un compromiso con el desarrollo sustentable, hay señales que hacen interpretar que la lógica predominante que motiva es la del dinero. En una economía de mercado esta conducta debiera ser la esperable.
Nuestra provincia no ha estado ajena a esta confrontación de intereses. El trabajo realizado por la Asociación de Municipalidades de la Provincia de San Antonio, en la búsqueda de una solución sustentable para el manejo de la basura en la provincia, después de dos años concluyó que no existían lugares en la provincia que permitieran la disposición de basura en el terreno (relleno sanitario). Asumir esa realidad no fue fácil, debido a que los análisis económicos mostraban que era la más económica y que favorecía a los bolsillos de las municipalidades y por ende de las personas. Sin embargo, las consideraciones ambientales y de las propias personas fueron superiores, razón por la que se decidió que la opción provincial sería una Planta de Transferencia, para disponer la basura en algún Relleno Sanitario fuera de la provincia, sin dejar de realizar antes estrategias para reducir al máximo la cantidad de basura a eliminar. Aquí la separación y el reciclaje de la basura son pilares fundamentales.
Sin embargo, la irrupción del Consorcio Santa Marta, con un proyecto de relleno sanitario en un predio de Cartagena, que había sido profundamente analizado por una Consultora de Ingeniería, contratada por la Asociación de Municipalidades, me resulta tremendamente provocador e irresponsable.
Asevero lo anterior, porque la evidencia científica que en ese lugar no se puede instalar un relleno sanitario, es abrumadora. La empresa lo conoce.
Superar esta contradicción que afecta a la provincia, pasará por las personas. Sea por el control social, que debe expresarse organizadamente, o por el ejercicio ético de los cargos de responsabilidad que ha entregado la ciudadanía a los servidores públicos. Las personas tienen la palabra.

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