domingo, 14 de diciembre de 2008

¿Por qué debiera seguir en la política?


Queridos amigos y amigas:
Aún siento la calidez de la gran cantidad de besos y abrazos recibidos aquel sábado de diciembre, en que dejé el puesto de concejal en la Municipalidad de San Antonio.
Aquellos gestos fraternales, no sólo me hacían sentir el agradecimiento, el reconocimiento y el respeto de la gente de San Antonio; sino que por sobre todo se acompañaba de una expresa invitación a que no abandone la política. Me sentía conminado a seguir en la lógica secuencia de posarse en el siguiente peldaño de la infinita escalera de desafíos y oportunidades que nos ofrece la vida.
La diputación por esta tierra querida, es mostrada como el siguiente paso a dar.
En ese contexto, resultaba inevitable dirigir la mirada hacia la propia conciencia buscando la respuesta.
Si bien es cierto, en mi rol de médico, -que he desarrollado durante 20 años en San Antonio- he sentido la satisfacción que significa quitar el dolor del cuerpo o del alma, de una persona sufriente y no es menos cierto que una correcta decisión política puede multiplicar esa sensación por miles.
Particularmente, la formación en la Salud Pública te muestra que determinadas condiciones sociales son las que determinan la salud de las personas y de los pueblos. Un pueblo sano es un pueblo feliz.
El impacto que ha logrado Chile en disminuir la mortalidad infantil a cifras comparables a los países más desarrollados del mundo, ha sido fruto de la gran cobertura que ha logrado el país en el saneamiento básico de las viviendas con agua potable y alcantarillado, más que con el desarrollo de sofisticados antibióticos y grandes médicos. Este es un solo ejemplo del impacto que puede lograr la política puesta al servicio de las personas. En ese camino deseo seguir avanzando.
Tanta o más satisfacción, que la que me proporciona el resultado de una hermosa intervención quirúrgica, puede ser una reunión exitosa en la que se construyen consensos y aúnan voluntades de un grupo de personas. Construir colectivamente es otra de las grandes satisfacciones que ofrece la política.
Tras este sencillo, pero prolífico análisis, la respuesta brota espontánea. Puedo ser médico y seguir en la política, entendiendo a ambos roles como un servicio de entrega hacia los semejantes.
En virtud de ello, he tomado la decisión, siguiendo el sentir de muchas personas y el de mi propia conciencia, adentrarme en el quehacer político, colocando todas mis habilidades y conocimientos al servicio de este hermoso trozo de Chile que me sedujo, enamoró y atrapó en sus redes fraternales. Los 3 años a los que me obligaba el Ministerio de Salud a permanecer en estas tierras, han sido largamente superados. Veinte años de servicio público en la provincia así lo avalan.
El cariño de las personas superó con creces la seductora tentación de un gran centro universitario en la capital. Acá están las personas, los hermosos parajes, la belleza de la tranquilidad y la calidad de vida, a quienes he entregado y quiero seguir entregando los mejores años de mi vida.
Fraternalmente,
Dr. Milton Egaña Darricarrére

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